¿Qué encontrarás en este artículo?
ToggleComo parte de las instalaciones de muchas empresas es posible encontrar una cisterna, es decir, el sistema básico por medio del cual se puede almacenar una gran cantidad de agua u otro tipo de materiales químicos.
Para las compañías es muy importante mantener todos sus equipos en óptimas condiciones, así como la materia prima que utilizan para fabricar sus productos, por lo que el agua es un recurso necesario para llevar a cabo diferentes procesos productivos.
Las cisternas pueden tener diferentes usos y representar ciertas ventajas, de las cuales hablaremos a lo largo de este artículo.
¿Qué es una cisterna y cómo funciona?
Con el propósito de mostrar cuáles son los beneficios de contar con una cisterna, es indispensable señalar que se trata de un depósito subterráneo donde se almacena agua, el cual puede formar parte de las instalaciones de una fábrica o una casa.
Es probable que muchos hayan escuchado sobre estos sistemas de almacenamiento, ya que en muchos hogares se fabricaban para contar con una dotación de agua en caso de que el suministro del líquido se suspendiera.
Sin embargo, las cisternas son más antiguas de lo que se podría imaginar, aparecieron hace más de 10,000 años en el Medio Oriente, gracias a los agricultores que necesitaban agua para regar sus sembradíos y obtener los alimentos.
Las altas temperaturas del Medio Oriente propiciaban que el ambiente fuera seco, por lo que los habitantes de aquella época tenían que recolectar agua y almacenarla para conservar sus cultivos, fue entonces como apareció la cisterna.
Estos depósitos colocados bajo la tierra se podían hacer con cemento; sin embargo, en la actualidad también es posible encontrarlos de plástico e incluso de metal. Su función es el almacenamiento de agua para riego o para consumo humano.
El agua de estas cisternas se obtenía, sobre todo, con el agua de lluvia, ya que lo primordial era aprovechar al máximo los recursos naturales, sobre todo cuando había escasez o poco abastecimiento.
Posteriormente, con la aparición de diferentes industrias, las cisternas se comenzaron a utilizar para recolectar el agua destinada a otro tipo de funciones, en residencias sirve para lavar patios, autos, ropa o regar áreas verdes.
Mientras que en las industrias, una cisterna es una instalación muy práctica porque facilita el almacenamiento de grandes volúmenes de agua, además al ser subterránea, favorece el mejor aprovechamiento de los espacios de trabajo.
Cabe señalar que las cisternas son muy eficientes porque sus superficies son impermeables, es decir, se encuentran revestidas con selladores para evitar que el agua se filtre y comience a salirse.
Otra ventaja que ofrecen estos sistemas de almacenamiento es que además de agua, pueden contener otros materiales que las industrias ocupan para trabajar, por ejemplo, gasolina.
En este punto podemos mencionar que las cisternas no siempre son instalaciones fijas, pues existen los tanques que transportan materiales por tierra, ya sea agua o combustibles, y seguramente que muchos los han visto circular en las carreteras.
¿Cuál es la diferencia entre una cisterna y un tanque para agua?
Tal como lo hemos mencionado a lo largo de este artículo, una cisterna es un sistema recolector de agua o algún otro líquido, que permite contar con un respaldo cuando no hay suministro o simplemente, para tener el material siempre disponible.
En el ámbito industrial también es posible encontrar los tanques para agua, que sirven para almacenar varios litros de líquido. Por el uso que tienen ambos sistemas es probable que se confunda, pero ¿son lo mismo?
Los tanques para almacenar agua son grandes estructuras que están presentes en varias industrias, como la naviera, la minera y la alimenticia. Estos equipos tienen una gran capacidad, que puede ir de los 5 mil hasta los 10 mil litros, dependiendo de las necesidades que tenga cada compañía.
Las cisternas y los tanques cumplen la misma tarea, la de almacenar agua o materiales líquidos; la diferencia entre ambos radica en el tipo de instalación que necesitan.
Con lo anterior nos referimos a que la cisterna se instala de forma subterránea, mientras que los tanques permanecen en el exterior de las superficies, en áreas destinadas únicamente al almacenamiento de materia prima.
Los tanques tampoco deben de confundirse con los tinacos, éstos últimos también sirven para guardar agua, pero se instalan en las azoteas de las casas y aunque son muy útiles, no cuentan con la misma capacidad que la ofrecida por un tanque.
Es bueno señalar que los tanques para agua se fabrican, regularmente, con fibra de vidrio porque este material los hace muy resistentes y duraderos, contribuyendo al ahorro de las empresas que los ocupan dentro de sus instalaciones.
En el caso de Plaremesa, por ejemplo, fabricamos y distribuimos tanques industriales reforzados con fibra de vidrio, los cuales cumplen con normas internacionales y tienen una vida útil muy larga, en la que no necesitan un mantenimiento constante.
Capacidad de una cisterna
El agua es un recurso primordial en un gran número de industrias, ya sea como materia prima o como un medio de aprovechamiento para tareas de limpieza, aunque no debemos olvidar que también se puede destinar al consumo humano.
Hay cisternas que tienen instalados filtros para tratar el agua, es decir, para purificarla, haciendo que esté apta para el consumo humano; sin embargo, lo más común es que se utilicen como una forma de ahorro y almacenamiento para tareas domésticas e industriales.
Es precisamente en el ámbito de la industria donde una cisterna es muy útil, principalmente por su capacidad, ya que en ella es posible almacenar una cantidad de agua considerable .
La capacidad de almacenamiento de las cisternas depende del sitio donde se van a instalar, por lo regular pueden contener de 1,200 hasta 10,000 litros, todo es cuestión de saber si dicho sistema estará en una casa o en una fábrica.
Lo mismo ocurre con los tanques, su capacidad de almacenamiento va a depender de cada industria y del tipo de material que se guardará en ellos, puede ser agua residual o tratada, químicos, combustibles, leche, aceite, pintura e incluso jarabe.
Por las grandes cantidades de agua que deben de soportar, las cisternas se tienen que construir con materiales muy resistentes, uno de ellos es el hormigón, porque es muy duradero y además, ayuda a neutralizar la acidez del agua, permitiendo que se conserve en buen estado.
La fibra de vidrio no es recomendable para fabricar una cisterna, porque es muy probable que pierda su resistencia al estar bajo la tierra, por eso es mejor para la manufactura de tanques, ya que sólo necesitan estar en lugares con sombra para que duren mucho más tiempo.
Finalmente, es preciso señalar que es conveniente revisar las cisternas regularmente para verificar que se encuentran en buen estado y que el agua no se escapa por ningún orificio.
Es importante que durante toda la vida útil de las cisternas, éstas se encuentren completamente selladas, pues cualquier abertura podría ocasionar no sólo que el material almacenado se desperdicie, también que entren partículas contaminantes que comprometan la calidad del producto.
Además, al cerrar las cisternas es básico verificar que la tapa está bien sellada, así se evita la entrada de desechos que pudieran caer de techos o árboles. Es necesario poner atención a todos estos detalles para aprovechar al máximo las funciones de estos sistemas de almacenamiento.