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ToggleFuncionalidad y estilo son dos características que distinguen a la rejilla arquitectónica, uno de los productos que más se utilizan en el sector de la construcción debido a que se le pueden dar varios usos. Conozcamos más sobre este material y las ventajas al utilizarlo.
¿Qué es una rejilla arquitectónica?
Se conocen como rejillas arquitectónicas a las estructuras fabricadas a partir de soleras y alambrones, su peralte y espesor son variados pues dependen de las especificaciones que cada cliente solicita.
Las rejillas con un mayor espesor suelen mostrar una mayor resistencia; el número de alambrones también es variable, para permitir que el diseño se ajuste a las medidas y estilo del espacio donde serán instaladas.
Una ventaja de dichas estructuras es que se pueden cortar a la medida, en formas rectas, curvas o irregulares, dando como resultado unos elementos estéticos que se colocan en un gran número de edificios, aportando resistencia a la estructura y dando una imagen muy llamativa.
Es posible encontrarlas en el mercado con diferentes medidas y especificaciones, para garantizar que tengan un mayor tiempo de vida útil. Los dos tipos de acabados más populares son:
- Pintura. Les da un acabado brillante y cuando se seca, crea una capa dura que protege las soleras y los alambrones de la corrosión, sobre todo cuando se instalan en ambientes húmedos o salinos.
- Galvanizado. Es un proceso que consiste en cubrir las rejillas con una capa de zinc para protegerlas de la corrosión; es una de las técnicas industriales más utilizadas para productos comerciales y urbanos.
¿Para qué sirve una rejilla arquitectónica?
A nivel constructivo, una rejilla de tipo arquitectónico se utiliza como un elemento de protección para los inmuebles industriales, e incluso es común encontrarlas en zonas residenciales, en las fachadas de los condominios.
Generalmente se emplea como complemento para las pérgolas, los pisos y los plafones; incluso es posible pintar las rejillas para que se adapten a las fachadas, sin que esto perjudique su resistencia ni sus características físicas.
Las aplicaciones de la rejilla arquitectónica puede ser para andadores, o bien, como sistemas de ventilación y protección en espacios donde es necesario impedir el paso de insectos y basura, por ejemplo, las bodegas donde se almacenan diferentes materias primas.
Para su instalación y montaje es común que se utilicen postes redondos y rectangulares, que funcionan como un anclaje en la cimentación, esto asegura que las rejillas se conservarán intactas por mucho más tiempo.
Principales ventajas que ofrecen las rejillas arquitectónicas
- Durabilidad. Factores como los rayos del sol y la lluvia, no acortan el tiempo de vida de estas rejillas.
- Seguridad. En condiciones como lluvia es seguro transitar o tocar una rejilla porque no conducen electricidad y son antiderrapantes.
- Poco mantenimiento. Debido a su resistencia y tipo de acabados, son productos que no requieren de mantenimiento constante, lo que produce ahorros tanto de tiempo como económicos.
Entre las aplicaciones más conocidas de la rejilla arquitectónica están en los barandales de edificios públicos y departamentos, en los pisos de aeropuertos, instalaciones escolares, en las cercas que delimitan las áreas públicas y en los puentes peatonales de las ciudades.
Asimismo, es posible encontrarlas en el diseño y construcción de los parques, accesos de hoteles, fachadas de museos, estacionamientos y plazas públicas de estilo vanguardista.
En muchos casos, estas rejillas se convirtieron en las piezas modulares que reemplazaron a los tradicionales enrejados de herrería, porque aportan una imagen más moderna y su durabilidad es mucho mayor.
Materiales que conforman este tipo de rejillas
Las rejillas arquitectónicas pueden fabricarse con acero, un material derivado de la aleación de hierro que se caracteriza por su dureza y buenas propiedades físico-químicas.
Sin embargo, el material más utilizado para la fabricación de estas rejillas es la fibra de vidrio, debido a su versatilidad y a que la materia prima para fabricarla está disponible de manera prácticamente ilimitada, según lo explica la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Dicha institución añade que la fibra de vidrio tiene “una alta resistencia a la tensión, alta resistencia química y excelente aislamiento térmico y eléctrico, además tiene una elongación a la rotura superior a las fibras de carbono, por lo que promueve una mayor resistencia al impacto”.
Esas cualidades son las que valora la industria para fabricar las rejillas arquitectónicas con dicho material, porque el resultado es un producto que resiste la corrosión (no se oxida) a pesar de estar en contacto con el agua de lluvia y con ciertos agentes químicos.
Además, tienen un peso ligero que facilita su instalación y su adaptación a diferentes espacios, aunque estos sean reducidos, por lo que no es necesario reemplazar las rejillas con frecuencia, ya que soportan golpes y diversas condiciones climáticas.
Otra característica de la fibra de vidrio es su bajo costo, lo que contribuye a que las rejillas arquitectónicas se comercialicen a precios accesibles, sin que esto disminuya son notables ventajas y características.
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